El RACC y el RACE, miembros de iRAP, han presentado la 20ª edición del Mapa de riesgo según la metodología iRAP, correspondiente al trienio 2020-2022. Este estudio identifica los tramos de vía interurbana con mayor riesgo de que se produzca un accidente grave o mortal, valorado en términos relativos en función de la cantidad de vehículos que circulan por ellos .
El objeto de análisis ha sido la Red de Carreteras del Estado (RCE), de titularidad íntegramente ministerial, para cuya tramificación se ha atendido a ciertos criterios de homogeneidad en cuanto a la tipología de la vía, el tipo de intersecciones que presenta y la existencia de tramos con calzada única o calzadas separadas.
En conjunto, se han analizado 1.395 tramos de la RCE, que representan 25.101 km de longitud y que soportan el 50,4% de todos los kilómetros recorridos en esta red. Se han tenido en cuenta un total de 2.987 accidentes con resultado de víctimas mortales o heridos graves ocurridos en la RCE en el trienio considerado 2020-2022, de los cuales 982 fueron accidentes mortales con un saldo de 1.096 personas fallecidas y 2.005 fueron accidentes graves con un saldo de 2.616 personas heridas de gravedad.
El periodo considerado son los tres últimos años de los que se dispone de información completa de siniestralidad viaria y aforos de tráfico: 2020, 2021 y 2022. Por lo tanto, el presente informe no contempla todavía datos de 2023 ni del año en curso.
El riesgo de sufrir un accidente en las carreteras del Estado
Los resultados muestran que el 7,8% de los kilómetros de la RCE presentan un riesgo «elevado» o «muy elevado» para los conductores de sufrir un accidente grave o mortal. En comparación con la edición anterior del estudio, los tramos de mayor riesgo se incrementan en un 0,5%, pasando del 7,3% al 7,8% (por el notable incremento de tramos de riesgo elevado pese a la reducción de los tramos de riesgo muy elevado).
Por primera vez en 6 años, crece la suma de los tramos de la RCE con riesgo “muy elevado” y “elevado” respecto al informe anterior, hasta un total de 1.974 km. De hecho, desde 2017 la longitud de los tramos de riesgo “muy elevado” se ha mantenido relativamente estable, mientras que la de los tramos de riesgo “elevado” ha visto truncada su progresión a la baja registrando un 5,2% frente al 4,4% del periodo precedente.
El índice de riesgo en el conjunto de la RCE se ha reducido entre 2010 y 2022, pasando de 15,3 a 6,1 en las vías de alta capacidad (-60%) y de 47,7 a 22,6 en las carreteras convencionales(-53%).
El índice de riesgo en las vías convencionales es casi cuatro veces superior al índice de riesgo en las vías de alta capacidad.
El riesgo por Comunidades Autónomas
Cataluña es la Comunidad Autónoma con una mayor proporción de kilómetros de la RCE que discurre por su territorio con riesgo «elevado» y «muy elevado», con solo un 11%.
Castilla y León es la Comunidad Autónoma con una mayor cantidad de kilómetros de la RCE que discurre por su territorio con riesgo «elevado» y «muy elevado», con 564 km.
La Comunidad de Madrid es la única Autonomía que no presenta ningún tramo de la RCE que discurre por su territorio con riesgo “muy elevado” o “elevado”, seguida de Murcia, con un 1%.
El peso relativo de la RCE en el conjunto de la red viaria es distinto en cada una de las Comunidades Autónomas, siendo del 16% de media.
En la Comunidad de Madrid, La Rioja, Cantabria y la Comunidad Valenciana la RCE representa más del 20% de las vías interurbanas. Por otro lado, en Asturias, Galicia, Andalucía y Catalunya la RCE representa 15% o menos del global de sus vías interurbanas.
Evolución del tráfico y la siniestralidad vial
A partir de 2014, aunque la movilidad (el total de km recorridos) fue aumentando, la accidentalidad grave fue disminuyendo suavemente, lo que ha facilitado la disminución progresiva del riesgo.
Con la irrupción de la Covid 19, se produjo una importante reducción de la accidentalidad vinculada a las restricciones de movilidad. Una vez recuperada la normalidad tras la pandemia, la accidentalidad grave se ha recuperado a la par que el tráfico en la RCE.
Pese a que las vías de alta capacidad soportan casi un 500% más de tráfico que las vías convencionales, tan solo concentran del orden de un 50% más de accidentes con muertos y heridos graves que las vías convencionales.
Accidentalidad según tipo de vía
En el conjunto de la red viaria española (que engloba tanto la RCE como el resto de carreteras de titularidad local y autonómica), el mayor número de víctimas mortales se produce en las vías convencionales, seguidas por las autovías y por las autopistas.
La entidad destaca que en 2022 en todas las tipologías de vía se superaron las cifras de víctimas mortales registradas en 2019, poniendo de manifiesto la dificultad de lograr el objetivo de reducción para el año 2030 del 50% de personas fallecidas.
Conclusiones
La 20ª edición del estudio iRAP corresponde al trienio 2020-2022 y ha analizado 1.395 tramos de la Red de Carreteras del Estado (RCE), de titularidad íntegramente ministerial, que representan 25.101 km de longitud y que soportan el 50,4% de todos los kilómetros recorridos en esta red.
El 7,8% de los kilómetros de la RCE presentan un riesgo “elevado” (rojo) o “muy elevado” (negro) para los conductores de sufrir un accidente grave o mortal.
Por primera vez en 6 años, crece la suma de los tramos de la RCE con riesgo “elevado” y “muy elevado”, hasta un total de 1.974 km, puesto que respecto al informe anterior los tramos de mayor riesgo se incrementan en un 0,5%, pasando del 7,3% al 7,8%.
El Top 10 de los tramos con mayor riesgo de la RCE corresponden a carreteras convencionales, de calzada única y con un carril por sentido de circulación.
El índice de riesgo en las vías convencionales es casi cuatro veces superior al índice de riesgo en las vías de alta capacidad.
La evolución observada de las cifras de siniestralidad en el conjunto de la red viaria española pone de manifiesto la dificultad para lograr el objetivo de reducción a la mitad de las víctimas mortales en el año 2030 respecto a 2019.