A continuación, vamos a dar las claves sobre cuándo debe llegar el momento de dejar de conducir. Antes de nada, queremos aclarar que más que la edad son las condiciones físicas del conductor las que deben marcar el momento.
En España, la Dirección General de Tráfico (DGT) no marca una edad para dejar de conducir. Y es que envejecer no es una razón para renunciar al volante, pero a medida que se cumplen años es obvio que aumentan los problemas de salud y las limitaciones de todo tipo, físicas y mentales. Así que, en algún momento, no ya solo por la propia seguridad, sino también por la de los demás, habrá que dejarlo sin esperar a tener un accidente.
Debemos ser responsables y ser conscientes de cómo nos encontramos, cuáles son nuestras limitaciones, nuestros reflejos y si estamos poniendo en peligro la seguridad de los demás y la nuestra propia.
Hay detalles que evidencian que puede ser que ya no se esté al 100% para ponerse frente al volante:
- Pequeños golpes, raspones frecuentes…
- Nos perdemos en trayectos que conocemos
- Aumentas los frenazos porque aparecen peatones y ciclistas que no habías visto
- No ves correctamente por la noche
- Obvias señales sin darte cuenta
- Te han puesto más multas en los últimos tiempos
- Actos tan habituales como tomar una rotonda, salir de ella en el momento oportuno, incorporarse a la vía principal desde un carril de aceleración, tomar un desvío… pueden empezar a resultar muy estresantes.
- Si nuestros familiares, parejas, o nuestros amigos empiezan a manifestar tensión por nuestra forma de conducir y se muestran inseguros.
- Nos distraemos con facilidad mientras conducimos
- Mientras conducimos, siempre nos enteramos un poco más tarde que los demás de que viene un vehículo de emergencia pidiendo paso, de que hemos hecho algo mal, de que hay algo que invade la calzada, de lo que pone en las señales de tráfico…
- Me cuesta hacer algunos movimientos como girar el cuello
Todos sabemos que el momento para dejar de conducir llegará, pero si nos cuidamos podemos sentirnos mejor, nuestra salud física y mental estará más en forma y eso nos permitirá seguir teniendo las aptitudes correctas para seguir tomando el mando de nuestro volante.
Recuerda consejos como estos:
Mantente activo. Las personas que practican ejercicio de manera habitual pueden contar con conservar las aptitudes necesarias para conducir durante más tiempo. Las mejores actividades son, además de caminar y nadar, el pilates y el taichí.
Controla la audición. Con la edad se pierde oído y eso impide detectar los coches que se acercan, las sirenas de vehículos de emergencia o incluso el ruido del motor para cambiar de marcha a tiempo, no dañar el embrague o, incluso, gastar menos combustible. No hay que retrasar el ponerse audífonos, sobre todo al volante.
No descuides la vista. También se deteriora: cataratas que dificultan la visión nocturna, miopía, pérdida de agudeza visual… las revisiones frecuentes son de suma importancia
Cuidado con la medicación. Algunos analgésicos, los medicamentos para dormir, los ansiolíticos… pueden provocar somnolencia y disminuir los reflejos. Siempre debemos consultar a nuestro médico y leer el prospecto.
Es hora de cambiar de vehículo. Puede que necesitemos un coche más acorde con nuestras necesidades, más pequeño, más fácil de conducir, tal vez automático o con un navegador más visible, o pasarnos a un coche sin carné.
Evita las situaciones de riesgo. Elegir el carril derecho siempre que se pueda; no conducir de noche, en horas punta, con el sol de frente ni con condiciones atmosféricas desfavorables como lluvia, niebla…
Y no te olvides nunca de… no conducir bajo los efectos del alcohol, respetar las limitaciones de velocidad, no distraerse cogiendo cosas de un bolso o mochila, no comer mientras se conduce o no mirar el móvil. Por otro lado, es aconsejable elegir carreteras poco frecuentadas y no viajar después de comer, ni con hambre. Y en los viajes, pararse a menudo.
